La importancia de la información en la economía es un fenómeno que si bien no es nuevo y se tiene esbozado implícitamente desde la conceptualización de la oferta y la demanda, ha marcado una tendencia cada vez más significativa en la concepción de la dinámica económica, al grado de que se le ha tenido que dar forma al concepto de la economía de la información.
La importancia de la información en la economía es un fenómeno que si bien no es nuevo y se tiene esbozado implícitamente desde la conceptualización de la oferta y la demanda, ha marcado una tendencia cada vez más significativa en la concepción de la dinámica económica, al grado de que se le ha tenido que dar forma al concepto de la economía de la información.
La existencia de información perfecta es uno de tantos supuestos en los que se basa la teoría económica, aunque como todo aquello que se da por hecho, tienen que considerarse escenarios alternativos en los que esta situación se presente o no, lo que nos lleva a inferir que existe información perfecta y a la vez información imperfecta por la razón que sea. La problemática en torno a esta disyuntiva sería la correcta distinción de una y otra.
Definitivamente la información y la destreza que se tenga en su manejo es una forma de poder en una época donde es tan fácil que esta fluya e impacte en la dinámica económica, pero la distinción de su grado de perfección tiene un grado de dificultad más o menos complejo para diferentes tipos de usuarios. La clave estaría en desarrollar un criterio más o menos básico que permita discernir la información mínima necesaria para una decisión en particular y su contexto mínimo necesario, se trate de una compra, la venta de un producto o servicio, un plan de ahorro o una inversión.
Más allá de la formación académica y los motivos de la duración de esta para cada persona –que suele variar por un sinnúmero de circunstancias–, es preciso tener una preparación constante conforme avanza el tiempo para formar un criterio lo suficientemente competitivo como para alcanzar el desarrollo financiero deseado, de ahí que sea tan importante la educación financiera en nuestros días. Una educación financiera de calidad debe ser de carácter integral, es decir, debe fomentar tanto el pensamiento crítico como el pensamiento creativo.
Se necesitan desarrollar habilidades del pensamiento propio dado que es la base del criterio personal, de este modo podemos diferenciar entre pensamiento crítico y pensamiento creativo: mientras que el pensamiento crítico analiza y evalúa la información apelando a una lógica formal, el pensamiento creativo nos ayuda a desarrollar por cuenta propia las soluciones más adecuadas a nuestra propia, realidad: la mejor inversión es la que parte de nuestra realidad y talentos propios y podemos encontrar cientos de formas de generar ingresos y ahorrar en función de nuestros talentos, y es preciso tener constancia, paciencia y disciplina para ir viendo ejemplos y resultados de ello.
Comentarios