Las obras de artes como activos financieros brindan al inversor dos grandes beneficios: el retorno de su revalorización y la belleza de su naturaleza. De esa manera su rentabilidad no solo se asienta en la estabilidad de la inversión, sino que además está directamente relacionada a las sensaciones y emociones que es capaz de despertar su apariencia.
El universo financiero está lleno de alternativas de inversión. Las obras de artes son una de estas grandes oportunidades. Invertir en arte también es una opción para pequeños inversores, siempre que se haga con los pies en la tierra y con un alto grado de sentido común.
Al igual que en cualquier forma de inversión comprar arte requiere de conocimientos. Antes de invertir tu primer billete es imprescindible que te formes en la materia y consigas dominar los conceptos básicos de dicho mundo. Lee revistas especializadas y hazte asiduo de galerías, museos y ferias, pues será una buena manera de ir nutriéndote del universo artístico.
Mientras adquieres los conocimientos necesarios busca asesoría de un especialista. Existen prestigiosos asesores que pueden ofrecerte excelentes planes de adquisición e incluso ayudarte a distinguir la conveniencia de cada inversión.
Invertir en arte no es cosa no es una carrera de velocidad. Si bien sabemos que mientras más joven sea el artista mayor es su popularidad y el potencial de la revalorización de sus obras con el tiempo, también hay grandes posibilidades que las expectativas no se materialicen. Por tanto, no solo es suficiente con valorar la obra, sino que además es oportuno ver en qué círculos se mueve el artista, su carisma, etc.
Existen reproducciones de artes que son verdaderamente maravillosas, pero si quieres una inversión segura es mejor que optes por piezas originales que garanticen la rareza de ser únicas. Siempre que adquieras una obra asegúrate de que sea distinguible la firma del artista y que cuente con un certificado de originalidad.
La compra física de obras de artes es la alternativa de inversión más utilizada. Como su nombre lo indica cosiste en comprar las obras y esperar a que su precio se revalorice con el tiempo para sacar ventaja de la diferencia una vez vendida. Las obras pueden ser pinturas, cerámicas, esculturas, muebles, manuscritos, etc.
En la actualidad prácticamente existen crowdfunding de cualquier sector, por lo que también es posible utilizar esta variante a la hora de invertir en arte. Ya sea porque el artista tiene necesidad de financiación para sus materias primas, para acceder a galerías o participar en un evento o concurso, a través de un crowdfunding solucionará sus necesidades y dará participación a inversores interesados en retornos futuros.
Comprar acciones de empresas inmersas en el universo artístico es una de las formas más líquidas de invertir en arte. En cualquier momento es posible revender las acciones desde un ordenador para acceder al capital. La naturaleza de estas empresas es variada, por lo que lo mismo pueden ser casas de subastas, plataformas de servicios, instituciones artísticas, etc.
Los fondos de arte no son más que fondos de inversión privados destinados a la generación de retorno a partir de la compra - venta de obras artísticas. En general dichos fondos son gestionados por expertos especializados en arte que se amparan en una parte de los beneficios generados por el fondo.
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